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Los calentadores mal mantenidos pueden representar varios riesgos de seguridad que ponen en peligro a las personas y los bienes. Algunos de los principales son:

1. Fugas de gas: Si un calentador de gas no se inspecciona regularmente, las conexiones pueden deteriorarse, causando fugas. Esto puede provocar explosiones o incendios.
2. Intoxicación por monóxido de carbono (CO): Un calentador en mal estado puede generar esta sustancia altamente tóxica. Al ser inodora e incolora, es difícil de detectar, lo que podría causar envenenamiento letal.
3. Fallos eléctricos: En calentadores eléctricos, la falta de mantenimiento puede llevar a cortocircuitos, sobrecalentamiento de componentes o incluso incendios.
4. Quemaduras o escaldaduras: Un termostato defectuoso puede hacer que el agua salga a temperaturas peligrosamente altas, causando lesiones a los usuarios.
5. Riesgos estructurales: Las fugas de agua o vapor pueden causar daños en las estructuras cercanas, como paredes o techos, debilitándolos con el tiempo.
6. Falta de apagado automático: Si el sistema de seguridad del calentador no funciona, puede haber un sobrecalentamiento o presión excesiva dentro del equipo, con riesgo de explosión.

Es crucial realizar revisiones periódicas y seguir las recomendaciones del fabricante para minimizar estos riesgos y garantizar que el calentador opere de manera segura y eficiente. ¡La prevención siempre es clave!